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Paula Belmar es Ingeniera en Gestión Industrial y Técnico en Prevención de Riesgos de la Universidad Federico Santa María. Tiene más de veinte años de experiencia en el rubro, lo que sin duda le ayudó a enfrentar un desafío profesional y personal sin precedentes, integrarse a ACCIONA en marzo de 2020 en plena Pandemia global por Covid19.
“Desde cada rol, puedes aportar con un granito de arena en temas de enfoque de género”
En su cargo de Subgerente de Prevención de Riesgos de Energía, su responsabilidad era estar la cabeza de la recopilación de información necesaria para la toma certera de decisiones, en relación a la pandemia y el cuidado de las personas. Una tarea compleja, porque debido a las cuarentenas decretadas para contener la expansión del virus, todo debía hacerse en modo teletrabajo.
“La información que existía de los temas relacionados a Covid19 llegaba como una avalancha. Tuvimos que administrar toda la información que provenía del gobierno, de las autoridades de salud, de la Dirección del Trabajo, de las mutualidades, y también desde nuestro corporativo en España. No había una centralización, todo cambiaba y se actualizaba muy rápidamente. Mi llegada a la compañía fue de lo más desafiante que me ha tocado vivir laboralmente”, recuerda Paula.
A pesar de este contexto vertiginoso, destaca dos instancias que fueron claves en la gestión de contención sanitaria que se realizó en las plantas y proyectos de energía en Chile: primero, el apoyo total de la Dirección País de la compañía en la aplicación de medidas de prevención y cambios para la mejora constante; segundo, la comunicación permanente con el comité de crisis de la Gerencia de Operaciones. “En nuestras reuniones participaban todos los jefes de planta y yo tenía un espacio designado, entonces, cada vez que había un cambio de procedimiento lo podíamos informar rápidamente. Creamos un sistema, fechas y horarios, implementamos reportes para hacer seguimiento y control de las cuarentenas. Hoy esos procesos ya están establecidos para enfrentar la pandemia”, indicó la profesional.
Mirando su vida profesional, Paula señala que la decisión de contribuir al cuidado de las personas fue lo que la ayudó a enfrentar este desafío. Inició su carrera siendo muy joven, en las masculinizadas industrias de la construcción y la minería, en esta última estuvo casi 10 años, trabajando en la mina Los Pelambres. “Cuando trabajé en minería, en el año 2001, fui siempre la única mujer. Estaba en un contrato donde trabajaban más de 400 personas. Gerentes, jefes, equipos de prevención, logística, compras, mantenedores de turnos, todos eran hombres”, señala.
Recuerda que este entorno laboral la llevó, inconscientemente, a mimetizarse con la masculinidad de su entorno: “Mis fotografías de esa época son polera de piqué, jeans, polar, bototos y pelo corto, porque decidí cortarme el pelo y que mi peinado fuera más similar al de un niño, durante 10 años. Eso no es menor. La realidad que viví durante esos 10 años, no era una condición normal respecto de la situación que enfrentamos las mujeres hoy en día”, afirmó.
Fue en este período en el que tuvo a sus dos hijos, Tomás y Renata. “Cuando empecé en minería mi hijo tenía tan sólo meses y fue un cambio radical de vida, de ciudad”. Con el nacimiento de su hija, las cosas fueron más difíciles, ya que en la época existían muy pocas iniciativas para facilitar la maternidad en el trabajo. “Hoy día miro lo que viví en esa época y veo muchas cosas que no correspondían, teníamos solo cerca de ochenta días de post natal, no contábamos con salas de lactancia o con ropa de trabajo y elementos de protección personal para mujeres”, aseguró.
Ahora, desde su posición en ACCIONA, reconoce que afortunadamente, esas brechas se han ido eliminando paulatinamente con la implementación de normas, entre ellas la de Equidad de Género y Conciliación de Vida Laboral, mejorando los ambientes de trabajo para mujeres.
Paula Belmar considera que, para seguir avanzando en las temáticas de género, es importante agarrar ese guante y llevarlo a la aplicación en cada rol y área, destacando que cada persona “desde su posición, puede aportar con un granito de arena en temas de enfoque de género”. Así lo está haciendo ella junto a su equipo de Prevención en ACCIONA, el que ya ha comenzado a implementar esta variable en sus matrices de riesgo. “Realizamos un curso de Enfoque de Género que ha sido un gran aporte para que el equipo visualice las falencias desde una mirada femenina y masculina, y desde ahí hacer las gestiones para ir mejorando y adoptar medidas de control con enfoque de género”, señala.
En base a esta definición, la Subgerencia de Prevención de Riesgos de Energía de ACCIONA en Chile, está trabajando en incluir en las matrices de riesgo factores relacionados al género, algo que por muchos años no fue considerado en la industria en general. “A través de esta nueva visión hemos detectado que cosas tan simples como puestos de trabajo diseñados para embarazadas o ropa de trabajo para mujeres, que no estaban incorporados en las matrices de riesgo. Hoy ya realizamos nuestra primera licitación para contar con ropa y elementos de protección personal para mujeres, y así vamos avanzando. Mi sueño es que, así como lo estamos haciendo en nuestra subgerencia, siempre se considere el enfoque de género en todos los procesos de la compañía”, concluyó la ingeniera.